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¿Qué es un Coronavirus?



Debido a la epidemia recientemente originada en la ciudad China de Wuhan se oye a diario en los medios de comunicación el término "coronavirus"

Aclaremos de forma sencilla qué tipo de agente infeccioso es este tipo de virus



Antes de empezar... ¿qué es un virus?

Los virus son uno de los seres vivos más pequeños y de constitución más simple que se conocen.
Básicamente, están formados por una pequeña molécula de material genético (que puede ser ADN o ARN) rodeado que una cubierta protectora de proteínas (algunos tienen una cubierta bastante compleja e incluso otra envoltura exterior que contiene lípidos, procedentes de la membrana de la xélula infectada, además de proteínas víricas).
Así, su tamaño es tan pequeño que, salvo alguna excepción, no pueden ser vistos a través de un microscopio óptico convencional. Si la unidad de longitud usada para las células en general es la micra (milésima parte de 1 mm), para los virus se emplea la milésima de la micra, el nanómetro (nm) e incluso el Angstrom (diezmilésima de micra).
La mayoría de los virus conocidos tienen un tamaño que va de los 20 a los 220 nm (si pensamos que una célula media mide alrededor de 10 micras, sería entre 40 y 5000 veces mayor).

Imagen de Ben Taylor
Se caracterizan por ser "parásitos intracelulares obligados"", es decir, sólo pueden comportarse como seres vivos cuando están en el interior de células de animales, vegetales, hongos o incluso bacterias. Cuando se encuentran fuera de una célula se compartan como una partícula inerte, "sin vida", aunque en el momento en que contactan con una célula hospedadora (el tipo de célula a la que pueden infectar) se activan, se introducen en ella y se comportan como un ser vivo, produciendo daños a dichas células (virus es un término latino que significa veneno).

Son, por tanto, agentes infecciosos, ya que una vez que entran en una célula alteran su funcionamiento, haciendo que ésta produzca nuevos virus (ya que ellos no poseen la capacidad de reproducirse por sí mismos), liberando una nueva generación que infectarán a otras células. Ya el hecho de que el virus altere el funcionamiento normal de la célula implica daños para ésta, más o menos graves. En ocasiones, la salida de los nuevos virus supone la rotura de la célula, totalmente llena de ellos, y su muerte. Cuando en un organismo complejo se ven afectadas muchas células, especialmente de un determinado tipo u órgano (pulmones, leucocitos, etc.), el daño puede ser grave y causar la muerte del individuo.


Tipos de virus y enfermedades que provocan

Imagen tomada de ""axxon.com.ar"
La clasificación de los virus es actualmente muy compleja, aunque para tener una ligera idea podemos indicar las características que más se han utilizado tradicionalmente para diferenciarlos en grupos.
En un principio se hicieron grupos según el tipo de células que infectan, de manera que habrá virus animales, vegetales, fúngicos y bacteriófagos ("comedores de bacterias").

Un elemento muy importante a tener en cuenta es el tipo de material genético que contienen, ya que no sólo es el ADN, sino que también, al ser tan sencillos, pueden funcionar con ARN. De este modo, habrá virus ADN (DNAvirus o Adenovirus) y virus ARN (RNAvirus).
Dentro de cada tipo hay grupos dependiendo de si ese material genético está formado por una o dos cadenas.


Estos dos últimos factores, ADN o ARN y cadena única o doble cadena, son los primeros que se tienen en cuenta hoy día en la clasificaciones más aceptadas. A partir de ellos, se diferencian grupos menores de acuerdo a la estructura de la cápsula y la envoltura externa (aunque esto último suele resultar más determinante cuando se identifican por imágenes de microscopía electrónica).

En lo que respecta a las enfermedades producidas por virus en los seres humanos, hay muchas y variadas, algunas muy conocidas por su peligrosidad y capacidad de contagio. De ellas, las hay que están muy controladas o prácticamente erradicadas gracias a las vacunas, pero hay otras cuyos causantes sufren mutaciones que dificultan la obtención de vacunas duraderas.
Enumero algunas de ambos tipos:

  • Viruela, Sarampión, Poliomielitis, Hepatitis, Rubeola, Varicela, Rabia, etc.

  • SIDA (HIV), Ébola, Gripe (distintos tipos), Encefalitis (varias), Fiebres hemorrágicas, Peste porcina, Síndrome respiratorio agudo grave (SARS), Neumonía hemorrágica, etc.

Es muy difícil controlar una infección vírica, ya que apenas existen medicamentos realmente efectivos contra los virus (los antibióticos, por ejemplo, no afectan a los virus, sólo a bacterias). Ha avanzado mucho el desarrollo de fármacos que tienen cierta eficacia contra el HIV, por ejemplo, pero en la mayoría de los casos, especialmente en las infecciones respiratorias, lo único que puede hacerse es proporcionar cuidados paliativos al enfermo y reforzar sus defensas para que su organismo acabe por vencer la infección.

En cuanto a las vacunas, han resultado muy eficaces contra virus que apenas mutan, como es el caso de la rabia, viruela o sarampión, por ejemplo. Pero hay otras especies de virus, sobre todo los que causan enfermedades respiratorias (gripe, SARS, etc.), que mutan con mucha frecuencia, cambiando sus características y haciendo que las vacunas dejen de resultar útiles contra las nuevas cepas (por esta razón, cada año se diseñan vacunas contra las nuevas cepas de virus de la gripe que aparecen).


Los coronavirus

Fuente: wikipedia.org
Son un grupo de virus ARN (de una sola cadena) con una envoltura en la que sobresalen de forma evidente una serie de glucoproteínas (grandes moléculas formadas por la unión de algún tipo de glúcido y proteínas) que tienen un aspecto similar a un palo de golf y que en conjunto forman una especie de "corona" sobre el virus.
Tienen forma esférica y son relativamente grandes (entre 50 y 200 nm).

Afectan a mamíferos y aves, teniendo por lo general cada especie su tipo específico de virus, que normalmente no afecta a otras especies diferentes. Es cuando un coronavirus de un ave o un mamífero concreto (como ocurrió en su momento con la gripe aviar y ahora con el síndrome respiratorio originado en Wuhan, que parece proceder de los murciélagos).

Por lo general, se desarrollan en las células de las vías respiratorias y no suelen ser muy peligrosos para la especie hospedadora habitual, provocando casi siempre afecciones respiratorias leves que remiten pronto, ya que estos individuos cuentan con mecanismos inmunológicos capaces de combatirlos.

Una característica importante de este tipo de virus es que, al igual que otros, como el de la gripe, tienen una gran facilidad para sufrir cambios espontáneos en su material genético (mutaciones), que , que les proporcionan una gran variabilidad genética y una gran adaptabilidad al entorno. Ahí radica su peligrosidad, como ocurrió con el causante del SARS, una epidemia también originada en China en 2003 y que hizo saltar todas las alarmas, como está ocurriendo ahora.

Además, se trata de organismos muy infecciosos, es decir, que pueden pasar con facilidad de un organismo a otro, ya que se transmiten a través de las mucosas, de forma que un individuo afectado expulsa gran cantidad de virus al toser o estornudar, que pueden introducirse en otro que se encuentre cerca (1-2 metros).

¿Por qué son tan peligrosos?

Como he dicho, en las especies de las que son parásitos habituales no suelen producir efectos graves. El problema surge cuando pasa al ser humano una cepa mutante capaz de infectar nuestras células. Ya que los coronavirus no afectan a los seres humanos (salvo estos casos especiales de mutantes con esta capacidad), no disponemos de ningún tipo de defensa contra ellos, por lo que la infección puede llegar a ser muy grave y provocar la muerte (algo parecido ocurrió durante la colonización de América, cuando los europeos llevaron virus y bacterias, como la gripe común, que diezmaron la población nativa, al no haber estado ésta nunca en contacto con esos nuevos agentes infecciosos).

Si el sistema inmunitario no está preparado para combatir a estos nuevos virus, mientras se desencadena todo el mecanismo de reacción inmunitaria el individuo afectado puede sufrir la enfermedad de forma muy grave e incluso morir. Por lo general, las personas jóvenes y sanas suelen ser capaces, con los debidos cuidados hospitalarios, de resistir la infección en tanto su sistema inmunitario se adapta al nuevo tipo de infección y fabrica anticuerpos en cantidad suficiente para vencerla.
Por eso, las personas con mayor riesgo son ancianos, niños y todos aquellos que estén debilitados por enfermedad u otras causas. Esto no significa que personas sanas puedan llegar a morir, si no son capaces de desarrollar una inmunidad efectiva en un periodo de tiempo suficiente para evitar que se produzcan daños irreparables en su organismo.


El coronavirus de Wuhan

A finales de diciembre de 2019, en la ciudad china de Wuhan se dieron una serie de casos de neumonía grave cuyo origen era desconocido.
En muy poco tiempo aumentaron los casos de forma exponencial y se dieron las primeras muertes. Ya a principios de enero se determinó que se trataba de un nuevo coronavirus, que se relacionó con el consumo o contacto con murciélagos, ya que el brote parece que se inició en un mercado de la ciudad donde estos mamíferos se venden para consumo humano.

La rápida propagación del virus y la aparición de casos en otros países ha hecho saltar todas las alarmas y se han tomado medidas para evitar que se convierta en una pandemia. Así, se realizan controles en todos los puertos y aeropuertos y se aísla a las personas que tengan síntomas respiratorios y fiebre hasta determinar si son portadoras del virus.
Aún así, en poco más de un mes, ya se contabilizan más de 20000 infectados y más de 400 muertes, aunque parece estar controlado en cuanto su propagación en otros países está muy limitada. Aún así, la gravedad de la situación ha hecho que la OMS declare la emergencia de salud pública de importancia internacional.


De momento, se ha nombrado como 2019-nCoV y se está intentando desarrollar una vacuna efectiva en tiempo récord, aunque en estos momentos lo más importante es controlar su propagación y proporcionar los mejores cuidados sanitarios a las personas infectadas.

En cualquier caso, existe otro gran peligro ante la aparición de este tipo de brotes epidémicos, que es la desinformación y la difusión de bulos y noticias alarmistas sin contrastar, que pueden crear una situación de alarma general poco justificada.
Por eso, no hay más remedio que confiar en las autoridades sanitarias y seguir sus indicaciones en todo momento


¿Epidemias futuras?

No es aventurado afirmar que una de las grandes amenazas futuras para los seres humanos, en cuanto a impredecibles y difícilmente controlables, son estos brotes epidémicos de nuevos virus que se contagian de otras especies y que pueden resultar muy peligrosos, tanto por su posible capacidad de propagación (potenciada por la movilidad de las personas por todo el mundo) como por su virulencia, al ser agentes infecciosos desconocidos por la ciencia y que pillan "desprevenido" a nuestro sistema inmunitario.

Es necesaria una alta cooperación entre las autoridades sanitarias de todos los países y una transparencia total cuando se originen nuevos brotes (algo que, sin duda, ocurrirá cada varios años), así como la elaboración de protocolos consensuados a nivel mundial, para así trabajar de forma eficaz y coordinada en todos los países. Para ello, es necesaria la organización de conferencias mundiales con estos objetivos (igual que está ocurriendo con la emergencia climática), de donde surjan acuerdos vinculantes y que sean respetados por todos.


Se puede oler el miedo?


Todo el mundo ha oído decir alguna vez que muchos animales pueden oler el miedo.

Además, el hecho de que un perro agresivo, por ejemplo, huela que le tienes miedo, hará más probable que te ataque


Qué tienen de cierto estas afirmaciones?

¿Tienen para ello un sexto sentido o es que es posible oler el miedo?


¿Qué es el miedo?
Tomado de "theatlantic.com"
(C. Delorenzo)

En primer lugar, es importante aclarar en qué consiste esa reacción de nuestro organismo que denominamos miedo.

Nuestro cerebro, como el de la gran mayoría de los animales, tiene la capacidad de detectar cualquier situación que entrañe un peligro, real o potencial y responder de forma rápida ante el mismo. Es decir, a través de los sentidos se puede percibir un sonido, olor, objeto, etc. que podría representar un riesgo para la integridad (aunque en ocasiones realmente no lo sea, sólo ocurre que algo extraño pone en alerta al cerebro). Y esto provoca una reacción inmediata que prepara al individuo para enfrentarse a ella de un modo un otro (habitualmente huir o enfrentarse a ello).

Biológicamente, por tanto, se trata de un mecanismo de supervivencia que se fue instalando en los animales mediante un proceso de adaptación evolutiva al entorno, derivado de la existencia de amenazas potenciales contra la vida en el entorno inmediato.


¿Dónde reside el mecanismo del miedo?

Imagen tomada de "wikipedia.org"
Al ser un mecanismo básico de supervivencia, reside en una estructura de nuestro cerebro, el Sistema Límbico, que se encarga de controlar las respuestas fisiológicas ante los estímulos básicos, entre los que destaca el "instinto de conservación" (huida, lucha, protección de la descendencia, evitar el daño, etc.).

Este sistema es un conjunto de estructuras cerebrales que están repartidas por varias zonas cerebrales diferenciadas, aunque comunicadas entre sí y situadas en lo más profundo del cerebro.
Está directamente involucrado en diversas funciones, que puede catalogarse como "instintos básicos", como son las emociones, el instinto sexual, el hambre, la memoria involuntaria a largo plazo o la supervivencia.

En concreto, dentro del sistema límbico, la responsable directa del procesado de dichas emociones e instintos es la Amígdala cerebral, dos pequeños grupos de neuronas situados en el interior de ambos lóbulos temporales (cuyo nombre deriva del hecho de parecerse en forma y tamaño a una almendra).
Amígdalas cerebrales
(tomado de wikipedia.org)
La amígdala recibe información de los órganos de los sentidos, la procesa para determinar la respuesta adecuada y la almacena, creando un memoria emocional que sirve de experiencia ante futuras situaciones similares.

La activación de la amígdala ante una situación que se puede considerar de riesgo o peligro, directo o indirecto, provoca una reacción ante ella...

Por tanto, la amígdala es la responsable de localizar fuentes de peligro y mantenernos alejadas de él, o bien enfrentarnos al mismo, es decir, de decidir cuál es la solución más beneficiosa ante cada situación en concreto. En otras palabras, la amígdala nos ayuda a mantenernos vivos provocando reacciones inmediatas ante situaciones amenazantes.


Qué ocurre cuando sentimos miedo?

La amígdala, como he dicho, está procesando constantemente todas las señales que llegan al cerebro desde los órganos de los sentidos. Cuando detecta algo que se interpreta como que pudiera afectar a la supervivencia, pone en alerta inmediatamente a todo el organismo para llevar a cabo una respuesta rápida que evite ese peligro (esto es lo que se llama "stress").

La activación de la amígdala se transmite de forma instantánea a varias regiones cerebrales para generar la respuesta:

  • Se estimulan una serie de funciones fisiológicas, como la sudoración, el ritmo cardiaco, la frecuencia respiratoria o la presión arterial, además de incrementar la glucosa en sangre, dilatar los vasos sanguíneos de los músculos y los bronquios, aumentando también el tono muscular, especialmente de las extremidades. De este modo, se está preparando al cuerpo para una situación en la que probablemente habrá que realizar un esfuerzo inmediato.

  • También ocurren otros cambios, igualmente destinados a hacer que la respuesta sea lo más rápida y eficaz posible, como una apertura máxima de los ojos o dilatación de las fosas nasales. De este modo se pretende obtener la mayor información posible para determinar qué acción realizar ante la amenaza.

  • Ante la posibilidad de resultar herido, ya en un primer momento, incluso antes de que se haya evaluado exactamente la gravedad de la situación, se estimula el proceso de coagulación de la sangre, en previsión de que pudieran sufrirse heridas.

  • Además, se ralentizan todos aquellos procesos orgánicos que en ese momento no resulten esenciales, como la digestión, la formación de orina en los riñones o el funcionamiento del sistema inmunitario.

  • Por otra parte, ciertas regiones de la corteza cerebral se encargan de analizar el tipo de amenaza y el peligro potencial que supone, para tomar la decisión que considere más adecuada (enfrentarse a ella, permanecer quieto y silencioso, pedir ayuda, huir...). También se bloquean muchos procesos cerebrales y se centra toda la atención en la posible fuente de peligro.


¿Qué olores produce alguien con miedo?

Los cambios fisiológicos que ponen en alerta a todo el organismo están determinados por el aumento de la producción de diversas hormonas, entre las que destacan las producidas en la Corteza Suprarrenal (dos bolsitas situadas sobre ambos riñones), tanto las "Catecolaminas" (Adrenalina y Noradrenalina) como los Esteroides.
La Adrenalina es la hormona del stress por excelencia, la principal causante de muchas de las reacciones fisiológicas que preparan al organismo ante una amenaza y su producción se incrementa de forma muy importante en estas situaciones.
Los Esteroides también colaboran en la preparación del cuerpo para una reacción violenta y rápida, aumentando la presión arterial y el tono muscular, principalmente.

Parece ser que la abundancia de éstas y otras hormonas que intervienen en estas situaciones y que circulan por la sangre en grandes cantidades hace que también aparezcan en el sudor, proporcionándole un olor diferente al habitual.
También hay que considerar que el aumento que se produce en el metabolismo haga que se eliminen diversos productos del mismo por el sudor (que es uno de los mecanismos de excreción del cuerpo, es decir, de eliminación de sustancias no útiles o tóxicas que circulan por la sangre.

En consecuencia, el sudor que se emite cuando pasamos miedo es bastante diferente al habitual y contiene mayor cantidad de sustancias, las cuales combinadas entre sí producen un olor especial y característico. Éste es el "olor del miedo", que algunas personas son capaces de detectar (aunque la mayor parte de la humanidad hemos perdido esa facultad, ya que el sentido del olfato ya no es fundamental para nuestra supervivencia).
Pero sí que muchos animales pueden detectarlo e incluso identificar que ese olor es debido al miedo. Esto ocurre en gran parte del reino animal y este olor puede incluso ser útil al que lo emite, bien por resultar desagradable hasta el punto de hacer desistir a un posible depredador (como ocurre en muchos insectos), bien porque sirve para alertar a otros individuos del grupo de la existencia de una amenaza próxima (algo que sucede en muchas especies de mamíferos). Pero también sucede que para los depredadores es una señal que delata la debilidad de la posible presa y eso les suele estimular para atacarla.
tomado de "dogsaholic.com"
Es por esto que no es raro que un perro (y también otras muchas especies salvajes), por ejemplo, se muestre más agresivo e incluso llegue a atacar a alguien que muestra miedo ante él. Del mismo modo, la ausencia de este olor frecuentemente hace desistir de su intención de atacar tanto a un perro agresivo como a algunos depredadores salvajes, que ante una posible presa que no manifiesta miedo se suelen mostrar muy precavidos.


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