Esta enfermedad, relativamente frecuente entre adolescentes, se llama en realidad Mononucleosis infecciosa (MNI)
Parece una gripe, con casi los mismos síntomas, aunque con fiebre más alta, que suele alarmar, pero en realidad no es gripe...
Se trata de una enfermedad vírica contagiosa, producida por el "virus de Epstein-Barr" (VEB) y que se manifiesta mediante unos síntomas similares a los de la gripe o catarro, aunque más aparatosos, como irritación en la garganta, fiebre alta, inflamación de los ganglios linfáticos y fatiga intensa.
De hecho, en su primera fase suelen atribuirse los síntomas a un catarro común o a una gripe, pero las altas fiebres y la debilidad general son las que hacen sospechar al médico que en realidad su paciente sufre una MNI.
El VEB infecta a mucha gente, pero no suele producir síntomas apreciables en la gran mayoría de los casos. Pero, en ocasiones, el virus se multiplica y da lugar a la enfermedad, cosa que solamente ocurre en adolescentes.
Se la conoce vulgarmente como "enfermedad del beso" porque se transmite casi exclusivamente por la saliva (besos, compartir cubierto, beber del mismo vaso, utilizar la misma almohada, cepillo de dientes o barra de labios, etc.).
Por eso, mientras se padece y durante unos 6 meses después hay que extremar las precauciones para evitar contagiar a los demás.Aunque en ocasiones pueden producirse complicaciones por la infección de ciertos órganos, lo habitual es que la enfermedad curse sólo con estos síntomas, que si bien son bastante llamativos y suelen alarmar, no tienen por qué causar un daño permanente en el organismo si el individuo está adecuadamente atendido por los servicios sanitarios.
Cuando se contrae la enfermedad, el VEB queda en el organismo de por vida (igual que ocurre con otras infecciones virales, como la hepatitis o el herpes), aunque una vez pasada la fase aguda de la enfermedad, el virus queda "atenuado" y lo más probable es que nunca más vuelva a provocar síntomas.
Suele permanecer en la boca o la garganta y en ocasiones puede activarse, de manera que, aunque no suele aparecer de nuevo la enfermedad, entonces puede ser contagiado a otras personas.
Como esto no puede controlarse, ya que no se sabe cuándo el virus se ha activado, ya que no produce síntomas, la enfermedad se transmite con facilidad y es bastante frecuente en todo el mundo.
Cuando una persona es infectada por el VEB, no sufre los síntomas de la enfermedad al menos durante 10 días o más, que es el periodo de incubación mínimo del virus (puede ser incluso superior a un mes). Esto hace también que se transmita con facilidad, pues durante ese tiempo la persona no sufre síntomas y no tomará precauciones.
Fotografía al microscopio electrónico del virus de Epstein-Barr (VEB) (bioweb.uwlax.edu) |