Unas horas después de la muerte todos los músculos del cuerpo entran en un estado de total contractura, de forma que el cadáver se vuelve totalmente rígido
¿Por qué?...
¿Qué ocurre en el cuerpo tras la muerte?
En cuanto se produce el fallecimiento de una persona, ocurre una relajación rápida de toda la musculatura y el cuerpo queda en un estado de flacidez total (aunque los músculos aún pueden responder ante ciertos estímulos, como corrientes eléctricas).
A partir de este momento, comienzan a aparecer una series de signos propios de la muerte, algunos de los cuales tardan 1-2 horas en hacerse evidentes, como la lividez (pérdida del color de la piel, que se vuelve blanquecina y grisácea), deshidratación, enfriamiento (que se aprecia claramente al cabo de una hora, sobre todo en manos y pies), etc.
Suelen ocurrir otros muchos fenómenos, pero nos centraremos en el que nos ocupa en esta entrada, el "rigor mortis", es decir, la rigidez que sucede a la relajación inicial, que se inicia al cabo de 2-3 horas tras la muerte (en ocasiones puede tardar más, según los factores ambientales, como temperatura o humedad) y que es uno de los signos evidentes de que el individuo está muerto.
Comienza en los músculos involuntarios y se continúa en los voluntarios, iniciándose en la cabeza y siguiendo hacia el tronco y finalmente las extremidades, es decir, va de arriba abajo (y cuando desaparece sucede en el mismo sentido).
Al cabo de 8-12 horas (a veces hasta 24, dependiendo de las condiciones), la rigidez alcanza su máximo y en ese momento el cuerpo se comporta como si fuera una estructura compacta, es decir, como una tabla de madera o un tronco, ya que las articulaciones están completamente bloqueadas por estar los músculos contraídos al máximo.
Por eso, es prácticamente imposible doblar una articulación sin fracturar algún hueso o desgarrar músculos o tendones.
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¿Cómo se produce la rigidez?
Los músculos se contraen gracias a un mecanismo más o menos complejo, que ocurre en el interior de cada una de las células que lo componen (habitualmente llamadas fibras musculares). éstas contienen en su citoplasma una gran cantidad de fibrillas especiales (entre varios cientos y unos miles), la miofibrillas, que son las que tienen la capacidad de contraerse, acortando la longitud de las células y siendo, por tanto, las responsables de la contracción muscular.
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Este proceso de acoplamiento entre los filamentos sucede a causa de la liberación de Calcio, que establece puentes entre ellos y hace que se deslicen.
Para que se libere el Calcio y los filamentos se desacoplen, finalizando la contracción, es necesario un gasto de energía, que es proporcionada por la molécula encargada de trasladar la energía desde los procesos en que se obtiene (esencialmente la respiración celular, como se explica en la entrada "¿Respiran nuestras células?") hasta aquellos en los que se consume, el ATP (Adenosín trifosfato, de la que también se hablará en otra entrada).
Es decir, la contracción muscular se produce por la liberación de iones de Ca, que establecen puentes en los filamentos y hacen que las miofibrillas se acorten. Para que estos iones dejen de ejercer de puentes se necesita un aporte de energía por parte del ATP y que es proporcionada habitualmente por la respiración celular.
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Al morir, se deja de respirar, por lo que los músculos dejan de recibir el Oxígeno necesario para obtener la energía necesaria para detener la contracción. Esto hace que las células musculares empiecen a conseguir la energía de otro modo, mediante la fermentación de la glucosa que aún contienen.
Este proceso no necesita Oxígeno, por lo que no libera Dióxido de Carbono. En su lugar, lo que se produce es Ácido Láctico, una sustancia que se va acumulando en exceso en las miofibrillas y no puede ser eliminado. Este ácido láctico acaba reaccionando con los filamentos de actina y miosina, de manera que los fusiona y hace que la contracción no sólo se mantenga, sino que se vaya haciendo progresivamente más fuerte.
A medida que va habiendo menor energía para liberar la contracción, ésta se mantiene. Y la imposibilidad de eliminar el ácido láctico, hace que la fusión de los filamentos sea más fuerte y por tanto, la contracción se vaya haciendo más potente.
De este modo se va produciendo una contracción progresiva de todos los músculos del cuerpo, cada vez más fuerte e imposible de liberar por el exceso de ácido láctico y la falta de oxígeno.
El inicio lo marca una disminución importante del ATP, algo que empieza a ser notable a partir de las 2-3 horas del fallecimiento.
Se podría decir que es algo parecido a lo que sucede cuando se sufre una contractura: el músculo, en este caso, está sometido a un esfuerzo excesivo y no recibe suficiente oxígeno para mantenerlo, por lo que comienza a fermentar glucosa y liberar ácido láctico, hasta que se llega a un punto en que éste y el insuficiente aporte de Oxígeno (para el esfuerzo a que está sometido) hacen que el músculo se bloquee. La diferencia en este caso es que la contractura desaparecerá porque el Oxígeno sigue llegando al músculo y los mecanismos de eliminación del ácido láctico permanecen activos.
¿Por qué desaparece?
Pasadas unas 24-36 horas (un plazo que es bastante variable dependiendo de los factores ambientales, sobre todo temperatura y humedad), comienzan los procesos de descomposición molecular debidos a la putrefacción.
Ya en estos momentos es posible vencer la rigidez sin fracturar huesos ni desgarrar músculos o tendones.
La acción de las bacterias de la putrefacción alcanza a las miofibrillas y empieza a degradar la actina y la miosina, que son proteínas. Esto hace que se vayan rompiendo progresivamente las fuertes uniones entre ellas y el músculo inicie una fase de relajación, que acabará con la laxitud total propia de los cadáveres.
Este proceso de descomposición de las proteínas se ve acelerado por la elevada cantidad de ácido láctico presente en el músculo.
Utilidad forense del conocimiento del rigor mortis
Varias características del rigor mortis son bastante variables y cambian en función de ciertos detalles, como la edad del individuo, su estado físico e incluso a veces la causa de la muerte.
La rigidez, por ejemplo, de niños y ancianos aparece antes, es menos fuerte y desaparece también antes que en el resto de personas.
Además, cuanto mejor sea la salud y el estado físico del individuo, más tarda en aparecer y más fuerte es.
Espasmo tras muerte violenta Tomado de "medcraveonline.com" |
Como dato curioso, en los casos de muertes violentas, la rigidez es especialmente fuerte y dura bastante más que en una muerte por otras causas.
El doctor Antonio Molina Rodriguez, especialista en Medicina Legal y Forense, explica en su blog que en los casos de muertes por armas de fuego es posible determinar si se trata de homicidio o suicidio, pues cuando es la propia persona la que se ha disparado, el arma queda fuertemente sujeta en la mano, ya que en el muerto de la muerte se produce de inmediato una rigidez brusca a causa del llamado "espasmo cadavérico". Así, al tener sujeta el arma, el espasmo hará que las manos permanezcan aferrándola, mientras que si el disparo procede de otra persona esto no ocurrirá y aunque se coloque el arma el la mano del fallecido, no quedará fuertemente agarrada.