La sangre es un tejido líquido.
Esto quiere decir que está formada por células y por una gran cantidad de líquido.
¿Cómo se llama ese líquido, plasma o suero?
Las partes de la sangre
Centrifugadora Fuente: carlroth.com |
También se puede lograr esto de forma más rápida mediante un centrifugado, es decir, introduciendo el tubo de ensayo con sangre en una centrifugadora, que es un instrumento que hace girar a gran velocidad los tubos que contiene.
Esto hace que la fuerza del giro (fuerza centrífuga) empuje a los componentes de la sangre hacia el fondo, de forma que los más pesados se depositarán antes. Así, la parte más pesada de la sangre (las células) quedará en el fondo y, sobre ella, se situará el líquido, mucho más ligero.
Fuente: proteinpower.com |
El líquido que queda sobre las células se llama PLASMA SANGUÍNEO y es traslúcido y de color levemente amarillento.
En consecuencia, la sangre está constituida por dos porciones, una sólida, formada por las células (glóbulos rojos, blancos y plaquetas), y otra líquida, que se denomina plasma.
El plasma
El plasma es el componente más abundante de la sangre, ya que supone aproximadamente el 55% del volumen total de la misma.
En un líquido amarillento, constituido en un 90% de agua, junto a una gran variedad de sustancias, entre las que destacan las proteínas.
Las proteínas plasmáticas representan el 7% del total del plasma (lo que supone entre 50 y 75 g/l) y los principales tipos son las albúminas y las globulinas.
La principal función de las albúminas es el transporte de diferentes sustancias, mientras que entre las globulinas se encuentran los conocidos anticuerpos, además de otras sustancias de función defensiva.
Fuente: kids.britannica.com |
El 3% restante del plasma está formado por lípidos (colesterol, fosfolípidos, triglicéridos, etc.), glucosa (el combustible celular, imprescindible para el organismo), hormonas, vitaminas, sales minerales (cloruros, fosfatos, carbonatos, etc.), gases (dióxido de carbono y una pequeña porción del oxígeno), productos de desecho y otras sustancias ingeridas por el individuo, desde alcohol a medicamentos.
El suero
Como acabamos de ver, el líquido de la sangre se denomina plasma, y contiene numerosos componentes, entre ellos los factores de la coagulación.
Por tanto, el plasma mantiene la capacidad de formar un coágulo (aunque falten las plaquetas, encargadas de formar un tapón inicial).
Pues bien, si al plasma se le eliminan los factores de la coagulación, el líquido resultante se llama SUERO.
Es decir, se trata del mismo líquido, pero tras permitir que se coagule y eliminar el coágulo.
Suele decirse, ya que la proteína fundamental para llevar a cabo la formación del coágulo es el fibrinógeno, que el suero es simplemente plasma sin dicha proteína.
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¿Qué es el suero fisiológico?
Habitualmente empleamos la palabra suero para referirnos a lo que en realidad es el suero fisiológico, utilizado habitualmente en medicina.
Sin embargo, el suero fisiológico no es suero estrictamente hablando, ya que no se extrae de personas, sino que se trata de un producto fabricado expresamente.
Se llama suero fisiológico porque tiene unas propiedades (grado de acidez o pH y osmolaridad o concentración de sales) que hacen que sea posible introducirlo en la sangre de un paciente sin que altere sus características básicas.
Es muy utilizado, mediante goteros, para reponer la pérdida de plasma, aumentar el volumen de sangre o para proporcionar glucosa y otros nutrientes a pacientes que no pueden recibir alimentos, además de incorporar los fármacos necesarios por vía intravenosa y de forma continua.
Igualmente, se usa para lavar y limpiar heridas o quemaduras, etc.